El título de la magnífica serie fotográfica de José Antonio Duce “Aragón en mi recuerdo” cobra un especial sentido ante esta vista panorámica de la localidad zaragozana de Ruesta, que presenta el caserío y su castillo justo en los años en los que la construcción del embalse de Yesa acabó con una historia milenaria, vinculada al Camino de Santiago.
Por su enclave junto al río Aragón y su situación fronteriza entre los reinos de Aragón y Navarra, Ruesta tuvo un importante papel entre los siglos XI y XIII; primero como puesto militar, luego como punto destacado en el comercio con Francia y en el paso de peregrinos, que aquí contaban con dos hospitales.
Pero la historia de Ruesta se detuvo en 1965, cuando la presa de Yesa inundó las tierras del pueblo y sus más de 300 habitantes fueron obligados a emigrar. El pueblo quedó vacío, se inició el desmoronamiento de las casas y los espinos y malas hierbas se extendieron por las calles.
Hoy, el acceso al castillo y a las viejas calles es casi imposible, pero en la parte baja, un albergue, gestionado por el sindicato CNT, sigue recibiendo a los peregrinos a Santiago y manteniendo un aliento de vida en Ruesta, que sigue mostrando toda la belleza que captó José Antonio Duce.