José Antonio Duce tituló, simplemente, “En el Maestrazgo” a esta imagen de su serie “Aragón en mi recuerdo”. Una referencia mínima del lugar de donde se tomó la fotografía, que refleja el esplendor natural de la comarca y la tradicional presencia humana.
Es una escena intemporal, que solo la señal de tráfico del primer término, sitúa en las décadas recientes. Una señal que parece casi inesperada en el conjunto, casi una broma, y que a la vez nos recuerda que el Maestrazgo siempre será una sierra encrespada, con carreteras abundantes en curvas.
Pero en el momento en que se celebra el cuatrocientos aniversario del Quijote (con la publicación de la segunda parte de la novela), resulta imposible no ver a Sancho Panza y su querido rucio en este retrato. Tanto Cervantes como Duce captaron, cada uno a su manera, toda la humanidad del pueblo llano, de los agricultores dedicados al duro trabajo de labrar la tierra, antes de que la mecanización del campo y la globalización de los mercados transformaran radicalmente un sistema de vida que había variado poco en siglos.