El pintor inglés John Frederick Lewis (1804/1876), especializado en escenas mediterráneas y orientales, vivió en España entre 1832 y 1834 y realizó este dibujo de la Torre Nueva, luego grabado por Edward F. Finden (1791-1857) y publicado por John Murray.
La Torre Nueva fue atalaya para los zaragozanos durante los sitios que pusieron a la ciudad las tropas napoleónicas en 1808 y 1809, ya que desde su balcón se divisaban 20 leguas a la redonda (111’454 km). José Primo de Rivera y José Mor de Fuentes vigilaron desde su altura los movimientos del ejército invasor y, mediante unos toques de campana convenidos, se avisaba a los sitiados de la dirección de donde provenían los bombardeos.
