La alegría de Abü Ya’far

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Tras habernos paseado por el exterior de las murallas, José Antonio Duce nos introduce a los seguidores de la serie “La Aljafería musulmana y cristiana” en la parte que más se identifica con el monumento: el palacio taifal del siglo XI. El contraste entre los recios muros y la delicada belleza ornamental de los aposentos del monarca y su corte es un aspecto que destaca especialmente cualquier estudio sobre el edificio y que el gran fotógrafo evoca en esta toma.

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Tras los sencillos arcos de ladrillo asoman los trabajados arcos polilobulados, en los que los artistas musulmanes muestran su talento para crear armonías y juegos de luces y sombras. El trabajado yeso magnifica las distintas dependencias, ordenadas en torno a un patio central a cielo abierto, con dos abercas que introducen la vegetación y el agua como elementos esenciales en el conjunto.

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El impulsor de esta obra fue el cuarto rey de la taifa de Zaragoza, Abü Ya’far (1046-1081), de cuyo nombre derivó Ya’faryya y, finalmente, Aljafería, haciendo olvidar el que le dio su constructor y sus contemporáneos; el de Qasr al-Surür, que se traduce por “palacio de la alegría”, mostrando que nació como lugar de regocijo.

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