Cuando los Reyes Católicos construyeron su palacio en la Aljafería, el viajero alemán Jerónimo Münzer lo visitó y destacó en especial cómo el salón principal, el llamado salón del Trono, estaba cubierto por un “soberbio y aúreo artesonado de inverosimil riqueza”. Más de 500 años después, esta techumbre sigue maravillando al visitante; y aun más en esta bella imagen de José Antonio Duce para su serie “La Aljafería musulmana y cristiana”.

El genial fotógrafo nos da la oportunidad de admirar esta obra casi al nivel de nuestros ojos en lugar desde abajo y así acercarnos a su delicado trabajo y colorido, como lo pudieron hacer los nobles de la época fernandina.

Las vigas y traviesas, talladas con lacerías, generan treinta casetones octogonales, cada uno con un florón en el centro del que cuelga una piña, símbolo de fertilidad e inmortalidad, más los emblemas monárquicos del yugo y las flechas.

El artesonado se une a galería de arcos desde la que los invitados reales podían contemplar las ceremonias y disfrutar de la misma imagen del artesonado que nos regala Duce.