La ciudad de Tarazona guarda un patrimonio artístico auténticamente envidiable, con numerosos monumentos y rincones que atraen a cualquier fotógrafo. José Antonio Duce eligió para representarla uno de los más conocidos, pero también el más ligado a sus habitantes, la plaza de toros vieja.
Este coso taurino es uno de los más antiguos que se conservan en España y el más original por su arquitectura, que se explica por su origen. Se construyó en 1790, por iniciativa de un grupo de vecinos a los que el Ayuntamiento cedió el terreno a cambio de encargarse de las obras. Se levantó así un edificio de planta octogonal, compuesto por 32 viviendas, en donde las ventanas y balcones de las casas son los palcos para ver los espectáculos, el patio interior el ruedo y los arcos de acceso las puertas. Aquí se celebraron los festejos taurinos hasta 1870, cuando se inauguró una nueva plaza, ya según el modelo clásico, y la vieja se limitó a ser una casa más.
En la imagen de Duce, el encuadre de cerca y su realce de detalles como el carro aparcado, las ventanas con macetas o la ropa tendida al fondo realzan una clara idea: aquí viven personas.